miércoles, 25 de abril de 2012

La derecha arrasa Europa

El 15 de diciembre de 1995 –cuando se comenzaba a atisbar la salida de la anterior crisis– los países miembros de la Unión Europea decidieron en Madrid la creación de una moneda única que se implantaría definitivamente a principios de enero de 2001, aunque luego se postergaría hasta el mismo mes del año siguiente. Se creía entonces –todavía los mercaderes no habían tomado del todo el templo– que era un tiempo prudente para que las economías de los distintos países se adecuasen a la nueva situación. A primera vista aquella determinación tenía cierta, aunque simplista, lógica historicista, si el Zollverein, o unión aduanera, sirvió en 1834 como base para la unificación alemana, del mismo modo el Euro y la libre circulación de personas y mercancías llevaría a la unión política y económica de Europa. Sin embargo, los estragos causados en el mundo por las políticas antisociales y antipersona que pusieron en marcha Thatcher y Reagan habían comenzado a sentirse en este lado del Atlántico y el más que probable bien intencionado plan de unificación europea saltó por los aires al mismo tiempo que la propia Unión y los países que la integraban fueron aceptando como mandato divino las teorías creadas por los economistas de la Escuela de Viena y propagadas por Milton Friedman y sus esbirros de Chicago, teorías que básicamente se podían resumir en esto: “Me importa un bledo lo que le pase a mi hermano, yo estoy aquí para explotar más y mejor, dónde menos cueste, para enriquecerme no sólo a costa de usted y de su inteligencia sino de la subsistencia del planeta que nos sustenta: Después de mí, el diluvio”.

Con el Reino Unido como Caballo de Troya consentido en el seno de Europa, ninguna política de unificación podía tener éxito. El Zollverein no sólo fue una unión aduanera en torno a Prusia sino que al mismo tiempo que se abrían aduanas interiores se iban creando órganos de poder político. No sucedió así después de 1996 en Europa, el Reino Unido ponía pegas a cualquier iniciativa que tocase –según ellos– su inmarcesible soberanía imperial. Detrás de ellos, estaba Estados Unidos y una Alemania que ya no pensaba en plural y que creía de nuevo en su grandeza infinita tras la reunificación. La voladura de Yugoslavia fue la antesala de la de Europa, que se haría en varios frentes al saber que el peligro soviético había desaparecido y que los trabajadores europeos –desclasados a conciencia– se creían ya hijos de “la polla roja”: El primero mediante la ampliación sin límites de los países miembros de la Unión cuando a ésta todavía no le habían cambiado los pañales; el segundo, postergando hasta el infinito cualquier decisión que implicase cesión de soberanía política, y el tercero y principal, entregando el poder económico de de la Unión a un grupo de funcionarios ultraliberales de bajísimo perfil intelectual y humano dispuestos a obedecer la voz de su amo a cambio de prebendas sin fin y de convertir un proyecto necesario en algo que repudia la razón y el buen sentido: La Europa de los mercaderes.

Europa se fue derechizando y, consecuentemente, renacionalizando, cuando no surgía un líder nazi en Austria, surgía en Suecia, Francia, Dinamarca, Holanda o España, maestra europea en la materia tras cuarenta años de brutal dictadura no condenada jamás por quienes hoy detentan el poder. Ni a Estados Unidos, país que vive de la guerra, elige cada cuatro años entre un presidente de derechas y otro más de derechas y en el que mandan sin ningún tapujo las grandes corporaciones, ni a los trogloditas de este pequeño continente interesaba en absoluto una verdadera unión política de Europa que hubiese podido competir con el “amigo” americano y exportar al mundo un modelo político basado en el respeto a la voluntad popular, el sometimiento de todos, absolutamente todos a la Ley y los derechos del hombre. Todo lo contrario. La derecha tiene mucha más experiencia en el poder, no obstante gobierna Europa desde que cayó el Imperio romano y la Iglesia montó la oscuridad, una oscuridad sólo rota en los breves periodos en que el pueblo se empeñó en hacer brillar el sol a costa de la vida de sus mejores hombres. La derecha sabe que el miedo guarda la viña y que no hay mejor unión que la desunión, que dividir a los que están abajo hasta que cada cual crea que quien habita en el piso de al lado no es su hermano, sino el enemigo a batir.
No lo hicieron bien, ni mucho menos, los partidos de izquierda con posibilidad de gobernar. Abducidos por las corrientes económicas medievales que venían de Estados Unidos, se dejaron llevar por la corriente creyendo también que el crecimiento económico basado en la economía especulativa y la libre circulación mundial de capitales sería eterno y podrían utilizar las rentas derivadas para llevar a cabo determinadas políticas sociales. Entre tanto, tras una campaña mediática sin precedentes en prensa, cine, publicidad, series y demás, la población había asumido que el Estado era malo, que pagar impuestos era peor, que los negociantes sin escrúpulos lo hacían mejor que los políticos, que “ándeme yo caliente, y ríase la gente”. Nadie dijo nada cuando comenzaron a desaparecer empresas de nuestros pueblos y ciudades, nada cuando vieron los campos yermos, nada cuando ni las personas más preparadas ni los braceros tenían oportunidad alguna para poder emanciparse y llevar una vida digna. Fueron los funcionarios de ultraderecha de la UE, formados en las mejores universidades del Reino Unido y Estados Unidos, quienes dijeron que eso era muy bueno, que se abrían mercados, que aquí viviríamos de los servicios. Sí, ¿de qué servicios, de los de caballeras o los de caballeros? Por favor!!

La derecha europea, que ha gobernado Europa durante los últimos lustros casi en régimen monopolístico, se llevó la producción a donde más barato era producir, a donde no existían derechos ni cargas económicas de ningún tipo. Mientras, en la Unión todos los pasos se daban hacia atrás. La crisis de 2008 fue la crónica de una muerte anunciada, pues en su caminar incivil, los gobernantes europeos se habían olvidado de cualquier principio noble de los que atesora Europa y habían buscado otros en la costa Este norteamericana y en el baúl dónde se guardan los horrores de su historia. Sobraban todos los derechos conquistados durante los últimos dos siglos, sobraba la legislación social, el trabajo digno, el pueblo educado, la Justicia, todo aquello que nos diferenciase del modo de producción oriental o que impidiese a especuladores y financieros sacar el máximo rendimiento a sus beneficios. Todos, hasta el más tonto de la clase, sabían que la burbuja inmobiliaria, la desregulación financiera, la deslocalización y la desunión política premeditada de Europa estaban en la raíz de la crisis que está acabando con nosotros. Pero nadie, ni el pueblo soberano adomercido, mandó parar y los mismos que provocaron la crisis con su simpleza asesina, son los encargados ahora de sacarnos de ella con las mismas recetas que nos llevaron a ella y nos llevarán, de no mediar respuesta inmediata, a la decadencia perpetua. Ellos, los burócratas neocon al servicio de la derecha troglodita que controla la economía mundial, decidieron, sin contar con nadie, que la única forma de salir de la crisis era arruinar a los Estados para crear una nueva burbuja privatizando todos y cada uno de los servicios públicos; ellos, con Cámeron, Merkel y Sarkozy a la cabeza, con Rajoy, Monti y otros cuantos de mamporreros, quienes se opusieron y oponen a encarcelar a los responsables de este atraco global, a la creación de una Federación Europea, a los bonos europeos, a la creación de un verdadero Banco Central y de un Gobierno europeo. Ellos, la derecha europea en el poder, quien han elegido el camino de la pobreza general al poner toda la economía del continente al servicio de la bran banca y los grandes especuladores que trajeron estos tiempos aciagos; ellos quienes han suplantado la democracia por la oligogracia o dictadura de los mercados.

La actual Unión Europea, agoniza. Es menester darle la puntilla y desde sus cenizas crear una verdadera Europa en la que los mercaderes y especuladores sin escrúpulos sepan que la Ley Democrática está muy por encima de ellos; en la que todo el mundo sepa que los derechos del Hombre son intocables; en la que la política sea el más sagrado de los oficios porque en ella sólo tengan cabida servidores del pueblo sin ambiciones personales de ningún tipo, una Europa, en fin, basada en la libertad, la justicia y la cultura que durante siglos nació de ella muy a pesar de los amantes de la oscuridad, el fuego y la superstición. Estamos a tiempo, pongámonos ya a ello.



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martes, 24 de abril de 2012

Anguita: “Frente al caos, hay que recuperar la República”

Julio Anguita
Hay tiempos que no vuelan. Se agazapan y comprimen en una Caja de Pandora. La caja mitológica de los males ha explotado. Esta vez, en forma de caos de voracidad financiera que impone el empobrecimiento cultural y económico, el enriquecimiento de los financieros, el desempleo y la sustitución de Gobiernos democráticos por tecnócratas designados a dedo. 
El comunista Julio Anguita, quien bajo su dirección Izquierda Unida alcanzó sus mayores éxitos electorales, superando ampliamente los dos millones de votos en las generales de 1993 y 1996, alcanzando en este último año más de un 10% de los votos y 21 diputados) propuso el viernes 9 en el Ateneo de Madrid una respuesta: la ruptura que debió haberse producido a la muerte del dictador, la defensa de la República, y la salida de España de la zona euro para recuperar la soberanía nacional. Anguita formuló un plan que atienda al pensamiento para construir un nuevo orden, sin la complicidad de los partidos políticos mayoritarios con el capitalismo descontrolado, incompatible con los derechos humanos. “España ha perdido la guerra en aras de una ilusión ilusionista, la de una Unión Europea (UE) de moneda única. Hemos perdido la soberanía nacional sometidos a una sumisión eterna a la UE, que pretende convertirnos en lacayos: paro laboral, pérdida de la generación de jóvenes mejor preparados de nuestra historia, del derecho a la razón de la democracia”, dijo.


Recuperar el mando de la nación
Gobiernos que utilizaron las nacionalidades internas para conseguir apoyo en el Congreso a costa de transformar en producto de mercado el voto popular han hecho caso omiso de los intereses de la nación. Todo un trueque propio de fenicios que aplican al presente fórmulas para mantenerse en el poder.

El plan rescatador del caos propuesto por Anguita, fruto de un debate que mantuvo en Córdoba con hombres y mujeres deseosos de organizar focos de resistencia, se basa en una justicia social que devuelva los derechos de la democracia, la capacidad de crítica frente a medios de comunicación al servicio de las grandes empresas; otra ley electoral que respete el voto ciudadano a partidos minoritarios y evite que los dos grandes partidos capturen esa voluntad de voto; ética cívica, pública, colectiva; otra cultura, inteligente, crítica y participativa.

Del discurso de Anguita se desprendió una llamada a una formación de los alumnos que no sea solapada con un pretendido saber contaminado por ideología mercadista, que confunde un contenido de altura de los programas con la construcción de nuevas universidades y la proliferación de másteres a la americana, pagados por las familias, y que han desembocado en un destino fijado por los mercados: el aumento de las cifras de paro en los universitarios y, encima, pagando. Todo un caos.

Anguita reclama recuperar el mando de la nación. “Una rebeldía con causa”, afirmó. “Hoy los vientos que corren son contra la UE, que no ha logrado una convergencia entre lo político y lo económico. Sin unidad política sólo hay un Gobierno: el capital”.

En 1985, Julio Anguita, por aquel entonces, alcalde de Córdoba, se rebeló en un artículo publicado en Mundo Obrero, contra la intención del entonces presidente del Gobierno, Felipe González, de invitar a los ayuntamientos a dar licencias de construcción para erradicar el paro. Estupor e indignación manifestó el alcalde ante lo que consideró una medida que daba “vía libre a la inversión privada sin control que se hace con criterios de beneficio inmediato y voraz depredación, propia de gobernantes de derechas”, afirmó.

En 2008, y como rebote de la crisis hipotecaria estadounidense impuesta por el sector financiero globalizado, la diosa designada por Zeus destapó su caja en España con la explosión de la burbuja inmobiliaria, delatora de una burbuja general manejada por los bancos especuladores en la bolsa, que recurrieron a resarcirse de sus pérdidas de casino con créditos e hipotecas tramposas apoyadas por la ley que les concede no solamente sustraer viviendas impagadas sino que obliga a atacar a las familias que avalaron un crédito a los hijos. Victimas dobles, como en tiempos del Medioevo que castiga al engañado.

Bancos, especulación financiera, empresas constructoras ávidas de dinero y ayuntamientos corruptos que se saltaron los criterios urbanísticos han demostrado “el fracaso del modelo del ladrillo que ha terminado con el tejido productivo”, señaló Anguita.

El artículo de Anguita en Mundo Obrero, y otros muchos de su autoría rebelándose contra la política derechista de la socialdemocracia a la que se han apuntado los sucesivos gobiernos socialistas, aparecen en el libro ‘Combates de este tiempo’ que el exdirigente comunista presentó en el Ateneo de Madrid el pasado viernes.

Nueva época esclavista
“¿A quién engaña el Gobierno del PP cuando afirma que puede rebajar el déficit de 8,5 por ciento al 4,4 por ciento? Es imposible. Nos están devolviendo a la época esclavista que coloca a hombres y mujeres en la función de trabajar por la vida. Se nos ha prohibido pensar con un exceso de información y de imágenes. La UE y los mercados nos llenan siempre con el mismo discurso. La Historia se repite. Los problemas de hoy vienen del pasado. La angustia y el miedo es ver cómo avanzan la marea negra y el fascismo que niegan el pensamiento”, dijo Anguita.

El formateo de las mentes por los medios de comunicación, la sumisión de los partidos políticos a una ideología única, la del capitalismo, conducen a “la lógica que el PSOE apoya asumiendo la lógica del PP y que le ha conducido a autoderrotarse. Un limbo de resignación y miedo cultivado en el que proliferan entre los ciudadanos el `no quiero saber’ y el `hemos vivido por encima de nuestras posibilidades’, convirtiendo a las víctimas en culpables”.

¿Rubalcaba contra la reforma laboral? Rajoy le contestó: “¡Pero si usted lo empezó!”. “Una lógica del suicidio que quiere arrastrar a los demás con las redes de la sumisión” y que, para Anguita, “sólo se puede eliminar combatiéndola con otra lógica: la que devuelve la utopía y el pensamiento en el marco de una auténtica República”.

La nueva situación requiere, para el exdiputado comunista, una “ruptura con movilizaciones preparadas con la cabeza”. “En las de hoy”, dijo, “hay más siglas que ejército”. Un pensamiento que haga que la economía, como disciplina científica, retorne a ser dependiente del mandato político, convertido hoy en soldado de “un Estado de excepción que se ha comido la democracia representativa”.

Para Julio Anguita, España se encuentra en “una fase prerrevolucionaria que, paradójicamente, no tiene sujeto revolucionario”, derrotado éste por el miedo y la resignación. “Pero que saldrá adelante”, asegura, “con las personas dispuestas a plantear una guerra nueva (sin tácticas del pasado) con un ejército plural y una acción de ética política alternativa, que entienda la ruptura como algo mental”.

“Algún día”, dijo, “la gente se dará cuenta de que todo esto tiene un nombre: La República”.

Carlos París, filósofo y presidente del Ateneo de Madrid condujo la presentación del libro ‘Combates de este tiempo’. En un ambiente de solidaridad con el movimiento 15M, Miguel Pastrana, poeta, y secretario Segundo del Ateneo; Pedro García Bilbao, sociólogo y presidente de Unidad Cívica por la República, Agustín Moreno, sindicalista de CCOO en la Enseñanza, y Ricardo González Mestre, director de la editorial El Páramo, también participaron en el acto. En sus intervenciones apoyaron la República y la política del pensamiento frente al golpe de Estado financiero.


www.cronicapopular.es

Cada día, nos van robando un pedazo de libertad


Salva Artacho
Cada día que pasa nos van robando un pedazo de libertad, van recortando nuestras posibilidades, si es que las clases sociales humildes gozaron alguna vez de ellas, cosa que me llena de grandes dudas, y vamos acostumbrándonos con resignación contenida. 

Los hijos de los trabajadores, nuestros hijos, lo van tener más difícil acceder a la universidad, por la subida monstruosa de las tasas que proyectan o por el recorte de las becas que tienen decidido, o por la masificación y recorte de recursos a la escuela pública... Al parecer volvemos/regresamos al clásico siglo XIX: donde los trabajadores, la mano de obra barata, la mercancía con la jugaban/juegan los empresarios españoles sin escrúpulos, no está para dar a luz ni médicos, ni científicos , ni literatos... su misión es engendrar hijos que les sustituyan en los trabajos manufactureros de los padres o en ocupar los peores puestos de trabajo que van abandonando los que en su día emigraron a España pensando que se les ofrecía una oportunidad social y económica y hoy vuelven a sus países de origen voluntariamente o expulsados sin pudor por las "democráticas autoridades"de las que nos hemos dotado los españoles.

Que país el nuestro, que destino mas sombrío nos espera... Prometo que me gustaría escribir cosas más hermosas y dejar de lado las quejas que me brotan, que me apesadumbran. Pero no puedo callar, no es tiempo de callar, de dejar pasar, de esperar...
Así la mayoría de la población actual no participó de la transición política ni de la semi-constitución monárquica que derivó de la misma y que es intocable, salvo que sea para limitar los derechos de la mayoría social, como rápidamente acordaron el en su momento el dúo cara dura Zapatero-Rajoy fijando topes al gasto con destino social.

Lo último a lo que asistimos es confirmar lo que venimos diciendo los que voluntariamente escribimos para compartir ideas o despertar la reflexión entre nuestro pueblo sin esperar ni desear compensación monetaria alguna: la libertad se recorta por decreto, así la TVE española se pone a las órdenes e intereses del partido dominante de turno, en este caso el PP, los neofranquistas, los telediarios pasarn a ser "partes" interesados del poder. Nos informaran deformando intencionadamente la realidad.

Lo último, el rey dicen que ha pedido excusas por sus bochornosas y escandalosas acciones últimas, cosa que ni he visto, ni me creo, ni considero que merezcan ese reconocimiento, mientras el país incrementa los ERES, el paro no hay quien lo contenga porque os empresarios prefieren especular con sus millones antes de abrir o reabrír "sus" fabricas, manufacturas o servicios, los solicitantes de subsidios o dependencias tiene que esperar meses para que les llegue, si les llega, la sanidad es sometida re-copago más descarado, los pensionistas son burlados de nuevo con el medicamentazo... ¿De qué valen esas cuatro palabras del borbón que pretenden vendernos como disculpas?

Amigos resistamos, opongamos nuestras opiniones, hagamos las manifestaciones y huelgas necesarias, luchemos, creemos conciencia colectiva hasta recuperar la legalidad republicana. España volverá en ese momento a renacer y ser un foco de libertad, cultura e iniciativa popular como lo testimonia la historia, historia que pretenden ocultar y manipular los voceros del régimen.

Salva Artacho

miércoles, 18 de abril de 2012

¡¡Que nos roban REPSOL!! Será a vosotros los banqueros




Los únicos que están contra España, son el Gobierno PP-CEOE-Banca que nos domina y roba a las clases populares españolas al objeto de subvencionar a los bancos y los fondos de inversión y no la soberana República Argentina, defendiendo y recuperando sus recursos naturales.

Afirmar que un acto de soberanía es un acto contra España, por parte del Gobierno y los poderes que están arruinando el estado español y sus habitantes, además de ridículo, no es verdad. Entre otras cosas porqué REPSOL es una multinacional que no es española, más que en su origen. Por cierto REPSOL era una empresa pública que fue privatizada por Felipe González y rematada por Aznar. Es decir, eso, la privatización, si que fue un acto contra España y un saqueo de lo público.

Mientras aquí se reformó a toda bulla la Constitución para tranquilidad de los mercados y anteponer la deuda a los derechos sociales y humanos. El gobierno PP-CEOE-Banca, recorta en salud, educación y en servicios públicos y sociales, para beneficiar a los mercados, los ricos y los bancos, en Argentina expropian a una empresa privada extranjera y le plantan cara al mercado privado de hidrocarburos. Que recordemos -REPSOL- se privatizo y malvendió en épocas del corrupto y delincuente convicto, que fue Carlos Menem, presidente argentino máximo exponente de las políticas neoliberales que provocaron el corralito argentino.
Ahora en el Reino de España, se crea un terrible y antiespañol corralito social, acabando con el estado social o lo que de el había en nuestro país. Se hace lo mismo que se hizo en la Argentina de la dictadura militar y del menemismo hundiéndonos en la miseria.

Argentina, ya reflotada del corralito y sin crisis galopante como el Reino de España, salió del abismo, haciendo lo contrario que aquí y entre otras cosas lleva unos años re-nacionalizando lo que se privatizó, REPSOL YPF es solo un caso más. E implementado políticas sociales. Por supuesto ni es todo un cuento de hadas ni maravilloso, pero aquí con un 50% de paro juvenil, nuestros jóvenes vuelven a emigrar a Argentina a millares. Un poquito pues de menos humos pues por parte de la derecha cerril patriotera y espero que los socio-liberales, no apoyen a REPSOL, aunque me temo que lo hagan y se sigan retirando y hundiéndose poco a poco.

Habría que exigir que REPSOL sea re-nacionalizado en España. Lo que los dirigentes europeos en general y españoles en particular, nos hacen ignorar, es que Europa y el Reino de España, en profunda crisis económica, tecnológica, social y política, ya no pueden exigir nada y deben comenzar a reconocer que el cambio del sistema-mundo obliga a cooperar y practicar otra economía.

El tal Soria, ministro de Rajoy, pobrecillo, a vuelto a provocar tanta risa. Para acabar de rematar, lo podrido del régimen monárquico español, su rey, mata elefantes cual un nuevo rico del ladrillo a costa de Marbella. Con ese personal se pide respeto. Por favor salgamos a la calle y con fuerza otra vez y que no nos distraigan.

Carlos Martínez – ATTAC Andalucía. Ex presidente de Attac España y de las Mesas de Convergencia

El problema es mayor que el 1%. Es el 10%



Vicenç Navarro – Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

Una consecuencia de las políticas neoliberales llevadas a cabo en la mayoría de países de la OCDE desde la época del Presidente Reagan en EEUU y de Margaret Thatcher en Gran Bretaña, ha sido la enorme concentración de las rentas en aquellos países, alcanzando niveles desconocidos desde la época que precedió a la Gran Depresión a principios del siglo XX. Un caso claro es EEUU. En el año 1929, el 1% de renta superior de la población tenía el 24% de toda la renta del país. Las reformas New Deal introducidas por el Presidente Franklin Roosevelt (que es todavía hoy el Presidente más popular que ha tenido EEUU), que consistieron en el establecimiento de políticas redistributivas, en la introducción de políticas sociales universales (como la Seguridad Social), en facilitar la sindicalización -que causó un gran aumento de los salarios-, así como en el aumento del gasto público en inversiones en la infraestructura del país, -creando gran cantidad de empleo- determinaron una reducción muy notable de tal concentración de las rentas y riquezas. Las políticas redistributivas se mantuvieron durante el periodo 1934 a 1978. Incluso durante la administración Republicana del Presidente Eisenhower, el 1% superior de la población (los súper ricos) pagaron en impuestos por sus ingresos casi un 80% de su renta.

Tales políticas cambiaron desde el establecimiento del neoliberalismo, a partir del Presidente Reagan, introduciéndose medidas opuestas a las realizadas en la época anterior. La progresividad fiscal se diluyó, los programas de carácter universal se redujeron y los sindicatos fueron debilitados como consecuencia de intervenciones públicas (tales como la desregulación de los mercados laborales) que determinaron, de nuevo, una enorme concentración de las rentas, alcanzando su máximo de nuevo en el año 2008, cuando poseyeron de nuevo el 28% de la renta nacional. Esta enorme concentración de las rentas creó un problema económico mayor. Esta concentración se consiguió a base de la reducción de las rentas del trabajo, creando con ello un problema de demanda de mayores proporciones. Como había ocurrido en los años veinte del siglo XX, la polarización de las rentas en aquel momento causó la Gran Depresión, de una manera semejante que ahora esta concentración ha originado la Gran Recesión.

Este 1% de la población es el que consigue sus ingresos predominantemente de las rentas del capital y tiene un enorme poder financiero, empresarial, mediático y político, pues controlan los medios de financiación, de producción, de información y difusión, con la complicidad del Estado, cuyas políticas han facilitado tal concentración. De ahí que el movimiento Occupy Wall Street en EEUU los señale, con razón, como los responsables de la crisis financiera y económica. (Es interesante subrayar que es un indicador de la enorme influencia mediática y política de los súper ricos que la concentración de las rentas y de las riquezas como causa de la Gran Recesión apenas aparece en los medios).

Ahora bien, hay que concienciarse de que por mucho poder que tenga este 1% (y lo tiene, y mucho), su poder se apoya en una parte de la sociedad (otro 9%) cuyas rentas dependen de la existencia de este 1%. Es decir, el 1% es parte del 10% de renta superior que consigue amplios beneficios de esta concentración de la renta. Este 10% controla hoy el 52% de toda la renta de EEUU, habiendo seguido una evolución semejante que la del 1% descrito anteriormente. En 1928 tenía el 52% de la renta. Bajó hasta el 32% en 1978, para subir de nuevo al 52% en el 2008.

El problema, pues, no se limita al 1%, sino al tope 10%, que incluye a los profesionales al servicio del sistema financiero, económico y mediático del país y de cuyos servicios obtienen enormes beneficios. Entre este 10% están todos los que dirigen las instituciones reproductoras del sistema financiero, económico y mediático, y cuyo poder de reproducción de valores y promoción de imágenes (como es la promoción de la postura de que no hay alternativas a las que el establishment propone) es vital para la permanencia del sistema. Hoy tales instituciones tienen un dominio sobre el Estado y una hegemonía sobre los aparatos culturales e ideológicos que facilitan tal control. De ahí que, aún cuando los que “mandan” en la sociedad son sólo un 1% de la población, este mando no puede ocurrir sin este otro 9%, sumando un 10% que no va a ser fácil de cambiar.

Ahora bien, hay que ser también conscientes de que la gran mayoría de la población hoy sabe quiénes son los responsables y su movilización puede forzar este cambio. Según las últimas encuestas realizadas en EEUU, la mayoría de la ciudadanía (que varía según la encuesta de un 68% a un76%) no cree que la economía funcione para el bien de todos, y una mayoría semejante no cree que el Congreso de EEUU represente sus intereses. Un tanto parecido ocurre en la gran mayoría de países de la OCDE.

Concretamente, en España, la mayoría de la población no cree que la economía esté funcionando para el bien de todos o que la clase política responda a sus intereses. La causa de esta alienación política es fácil de ver, aún cuando sea difícil leerlo u oírlo en los mayores medios de información: la enorme concentración de las rentas y de las riquezas en un sector minoritario de la población (no más de un 10%) y su excesiva influencia política y mediática en nuestras sociedades. Y la población es consciente de ello. De ahí el enorme temor y represión del sistema hacia estos movimientos sociales, como el movimiento 15-M en España o el movimiento Occupy Wall Street en EEUU que, continuadores de movimientos contestatarios como los sindicatos y otros movimientos sociales, critican al sistema, subrayando la falta de coherencia entre discurso y narrativa oficial pro democrática del establishment político y mediático del país por una parte, y la realidad profundamente antidemocrática que aparece en sus prácticas cotidianas y en sus políticas públicas, todas ellas llevadas a cabo sin ningún apoyo o mandato popular.

Artículo publicado en Público.es

5 recortes que salvarían a España sin tocar a los más débiles

Querido Presidente:

Supongo que no dará abasto con todo este marrón de ser presidente del Gobierno: que si hay que madrugar entre semana, que si Wert vuelve a meter la pata, que si hay que viajar a Bruselas cada dos por tres... ¡con el miedo que le da a usted volar! Vamos, normal que viva "en el lío". Como dentro de unas semanas cumplirá 57 primaveras, me he permitido ofrecerle, como regalo, un quinteto de medidas para reducir el déficit que tanto aprieta. Así podrá dedicarse con calma a organizar su fiesta de cumpleaños.

1º Fin del Concordato con el Vaticano. Todo el mundo tiene derecho a creer en zarzas ardiendo, magos con turbante o unicornios rosas invisibles, pero los vicios derivados, que se los paguen de sus bolsillos. El que quiera ir a hospitales religiosos o recibir clase (de Matemáticas o Religión) por parte de monjas tiene que financiárselo él. Y por supuesto, nada de exenciones de impuestos para quienes viven de un cuento milenario. El ahorro final estaría entre los 6.000 y los 10.000 millones de euros.

2º Erradicar el fraude fiscal. Según el profesor Vicenç Navarro, el fraude fiscal en España ronda los 90.000 millones de euros al año. Eso sí, querido presidente, no caiga en el error fácil de culpar al fontanero que no pasa factura o al paleta que cobra en negro. El 72% de este fraude proviene de las grandes fortunas, de las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, y de la banca. Para perseguir este delito podrían sus señorías amenazar con esa cadena perpetua que han creado a quien defraude más de cierta cantidad. Pero también, gastar un poquito del ahorro previsto en incorporar más inspectores. Así, de paso, reducen el paro. Para no pasarnos de optimistas, imaginemos que al final recupera sólo la mitad. Ahí van otros 45.000 millones de euros.

3º Eliminación de las Diputaciones: Gobierno central, Comunidades Autónomas, Diputaciones, mancomunidades… Señor Rajoy, esto es un descoloque. O más bien, un coloque porque tengo la impresión de que estas arcaicas instituciones sirven en gran medida para repartir dádivas. Que se lo digan si no a la presidenta de la Diputación de León, de la que ya he perdido la cuenta de los cargos que tiene… ¿13? ¿14? ¿20? Muchas de las gestiones de estos entes pueden ser asumidas por las autonomías o mancomunidades de municipios. Teniendo en cuenta que las diputaciones cuestan al año 20.000 millones de euros, y que habrá que destinar algunos fondos a quienes asuman sus principales competencias, podría ahorrarse entre 5.000 y 10.000 millones de euros. 

4º Regulación de la prostitución y las drogas blandas: Son muchos los que han calculado cuánto podría sacar el Estado de unas prácticas que, gusten más o menos, existen. Incluso tirando por lo bajo (un IVA del 7% para la prostitución e impuestos para marihuana y hachís similares a los del tabaco) la cifra no bajaría de los 15.000 millones de euros. Y todo esto sin tener  en cuenta cómo se descongestionaría el sistema penitenciario (más de la mitad de reclusos lo son por delitos derivados de las drogas) y el tiempo libre que tendrían policías y jueces para perseguir la corrupción fiscal de la que hablábamos antes.

5º Instauración de la III República: Sí, ya lo sé, presidente, le parecerá un capricho. ¡Pero déjeme soñar! Seamos serios: lo de que la Monarquía cuesta 8 milloncejos y que el Rey cobra sólo el doble que usted es un cuento muy bonito, pero ambos sabemos que no es así. A todo esto hay que sumar el mantenimiento de palacios, coches (¡300!), yates… el coste de los viajes, las galas, las audiencias, las bodas reales, personal de seguridad… Un jaleo, lo sé, presidente, pero tengo una buena noticia: hay gente que se ha tomado la molestia de sumar todas las partidas y aseguran que la cantidad anual que nos cuesta tener Rey asciende a 560 millones de euros.

Resumiendo. Haciendo unas simples medias para limar las horquillas a mí me sale que le acabo de ahorrar más de 76.000 millones de euros sin tocar el Estado del Bienestar. Eso dejaría nuestro déficit por debajo del 1%. No se olvide de que en Bruselas quieren que tengamos un 3% para el año 2013. ¡Imagínese lo que podrías presumir (usted o su traductor) en las cumbres europeas!

Pero ahora viene lo mejor, el bonus track. Podría limitar el sueldo de los alcaldes para que no cobren más de 45.000 euros (que es la mitad de lo que cobra usted como presidente del Gobierno); meter la tijera a los coches oficiales (que en mantenimiento diario sólo en las autonomías se nos van más de 56 millones de euros al año); meter en cintura a los militares (que tienen una deuda de 26.000 millones en armamento) y eliminar el Senado (o le damos poderes reales o evitamos que siga costando 50 millones anuales).

Si hace todo esto, para su próximo cumpleaños seguro que hasta tiene superávit. Si es así, no quiero que me de las gracias ni que me haga presidente de la Agencia EFE. Sólo le pido que no se gaste los beneficios en aeropuertos peatonales, carreras de Fórmula 1 o macrocasinos…

Marcos Paradinas es redactor jefe de ELPLURAL.COM

martes, 17 de abril de 2012

Austeridad europea: ¿de nuevo 1931?

Fabian Lindner | Economista (Instituto de Política Macroeconómica (IMK) de la Fundación Hans-Böckler)
nuevatribuna.es |
 
En la actual crisis de la deuda, Alemania son los Estados Unidos de 1931. La historia alemana demuestra que forzar la caída de la economía de otros países no augura otra cosa que problemas en el futuro.

Un país se enfrenta a un abismo económico: el gobierno se encuentra al borde de la bancarrota y pone en práctica feroces medidas políticas de austeridad; los empleados sufren grandes recortes salariales y los impuestos aumentan de forma drástica; la economía se desploma y se disparan las tasas de desempleo; la gente se pelea en la calle mientras se derrumban los bancos y el capital internacional huye del país. ¿Grecia en 2011? No, Alemania en 1931.

El jefe del gobierno no se llama Lucas Papadimos sino Heinrich Brüning. El "canciller del hambre" recorta por decreto el gasto público, ignorando al Parlamento, mientras el PIB cae sin fondo. Dos años más tarde Hitler llegará al poder, ocho años después comenzará la II Guerra Mundial. La situación política actual todavía es distinta, pero los paralelismos económicos son terroríficos.
Como en los actuales países de la crisis, el problema clave de Alemania radicaba en la deuda externa. Los EE. UU. eran el mayor acreedor de Alemania, las deudas alemanas se cifraban en dólares. Desde mediados de los años 20, su gobierno había ido pidiendo prestadas grandes sumas en el exterior para hacer frente a los gastos de las reparaciones de guerra destinados a Francia y Gran Bretaña. El crédito externo financió también los rugientes años veinte de Alemania, el boom económico posterior a la hiperinflación de 1923. Al igual que hoy España, Irlanda y Grecia, el auge de la década de 1920 se debió a una burbuja crediticia.

La burbuja reventó cuando los mercados financieros se hundieron en 1929. Los inversores y banqueros norteamericanos se vieron seriamente afectados, perdieron la confianza y redujeron sus riesgos, sobre todo sus inversiones en activos europeos. El flujo crediticio hacia Alemania, Austria y Hungría se detuvo de súbito. Los inversores norteamericanos no querían reichsmarks – la divisa alemana – sino dólares, una moneda que el Reichsbank alemán no podía imprimir. La retirada del dólar de Alemania – sobre todo de los depósitos bancarios alemanes – llevó rápidamente al agotamiento de las reservas de divisas del Reichsbank.

Para poder ganar dólares, Alemania tenía que convertir en superávit su enorme déficit por cuenta corriente. Pero como hoy los países de la crisis, Alemania se encontraba atrapada en un sistema de divisas con tasas de cambio fijas, el patrón oro, y no podía devaluar su moneda. Sin embargo, aun abandonando el patrón oro, el canciller Brüning y sus asesores económicos temían los efectos inflacionarios de una devaluación y una repetición de la hiperinflación de 1923.

Sin liquidez en dólares del exterior, la única manera en que podían darle la vuelta a la cuenta corriente era una feroz deflación de salarios y costes. En dos años, Brüning recortó el gasto público en un 30%. El canciller subió los impuestos y los gastos de seguridad social ante un desempleo y una pobreza crecientes. El PIB real cayó en un 8% en 1931 y en un 13% un año después, el paro subió hasta el 30% y el dinero siguió desparramándose fuera del país. La cuenta corriente pasó de un inmenso déficit a un pequeño superávit.

Pero no había suficientes dólares disponibles en los mercados del mundo. En 1939, el Congreso norteamericano había introducido el arancel Smoot-Hawley para impedir la entrada de importaciones. Los países con deuda en dólares quedaron aislados del mercado norteamericano y no pudieron seguir pagando sus deudas. La situación no mejoró cuando el presidente Hoover propuso una moratoria de un año para toda la deuda externa de Alemania. A la moratoria se opusieron Francia – que insistía en el pago de las reparaciones de guerra alemanas – y el Congreso norteamericano. Cuando el Congreso aprobó finalmente la moratoria en diciembre de 1931 era demasiado reducida y llegó demasiado tarde.

En el verano de 1931, los bancos alemanes comenzaron a fallar, llevando tanto a la contracción del crédito como a los enormes paquetes de ayuda pública para salvar a los bancos más grandes. Los bancos tuvieron que cerrar y el gobierno declaró la suspensión de pagos sobre sus deudas. La moratoria de Hoover y una política de expansión fiscal con Von Papen, sucesor de Brüning, llegaron demasiado tarde: las bancarrotas y el desempleo siguieron aumentando y los nazis ganaron terreno político.

Los paralelismos con la actual situación económica son aterradores: Grecia, Irlanda y Portugal tienen que aplicar feroces políticas de austeridad bajo presión de los países acreedores y los mercados financieros con el fin de transformar sus balances por cuenta corriente de déficit en superávit; el desempleo griego se encuentra en un 18%, el de Irlanda está en un 14% y el de Portugal en un 12%, el de España llega hasta el 22%. Y los que podrían ayudar no hacen lo suficiente: Alemania y los banqueros centrales alemanes exigen una austeridad drástica y sólo ofrecen a cambio consejos y ayuda insuficiente, demasiado poco, demasiado tarde, hoy igual que entonces.

Mucho se habría hecho por Alemania en 1931 si los EE. UU. – y también Francia – hubieran proporcionado la liquidez necesaria a los bancos alemanes y a su gobierno. Tal vez se hubiera podido evitar la radicalización política. Pero los EE. UU. estaban volviéndose aislacionistas. No querían implicarse en los desordenados asuntos de Europa.

Hoy desempeña Alemania el papel de los EE. UU. Tanto el parlamento como el gobierno dudan en proporcionar la ayuda necesaria para los países de la crisis: en el seno del FESF, Alemania está dispuesta a garantizar sólo hasta 211.000 millones de préstamos a los países de la crisis. Con esto no es suficiente. En 2008 las garantías para el sistema bancario alemán fueron de 480.000 millones.
Alemania insiste todavía en sus actuales superávits de cuenta corriente. Estos son, por definición, los déficits de los países de la crisis. Por lo tanto, no dejan que estos países puedan conseguir el dinero necesario para cubrir su deuda. Por ende, Alemania se opone ferozmente a créditos de liquidez por parte del BCE. Los economistas alemanes y los banqueros centrales justifican la pasividad del BCE por la amenaza de inflación. Pero mezclan las lecciones históricas de la hiperinflación de Alemania en 1923 con su crisis de deflación y desempleo de 1931.

Este error de juicio puede volverse fácilmente en contra: en toda Europa la reputación de Alemania va ya decayendo, aumentan de forma drástica las tensiones políticas en los países de la crisis con cifras inéditas de paro, y la ruptura cada vez más probable de la eurozona amenazaría la economía de Alemania, especialmente sus bancos y exportaciones.

Los EE. UU. aprendieron duramente la lección de que debían hacerse responsables de la estabilidad económica mundial. La II Guerra Mundial fue una de las consecuencias de la crisis de 1930 que podrían haberse evitado.

Después de haber fracasado a la hora de estabilizar el sistema económico mundial a principios de los años 30, para 1945 los EE. UU. habían aprendido que sólo la cooperación económica podía llevar a un mundo próspero y en paz. Mediante el Plan Marshall y la apertura de sus mercados a las exportaciones europeas, permitieron a Europa reconstruir su destruida economía. Mientras tanto, los exportadores norteamericanos aprovecharon el ansia europea de inversiones y bienes de consumo.
Hasta principios de los años 70 del pasado siglo, los EE. UU. dirigieron el sistema de comercio y divisas internacionales – el sistema de Bretton Woods –, garantizando así la prosperidad económica, un libre mercado con equidad social y, de este modo, los requisitos económicos previos de la socialdemocracia.

Tanto la opinión pública como los políticos de Alemania deberían aprender de la historia. La solidaridad con los países de la crisis va a largo plazo en interés de Alemania. El gobierno alemán debería dejar de abusar de su poder de dictar el declive económico a otras naciones. La alternativa es el estancamiento económico y el aumento de las tensiones entre las naciones europeas. Aún resuena el veredicto: los que no aprenden de la historia están condenados a repetirla.

El lujo sortea la crisis en España con un alza de las ventas del 25 por ciento en 2011

"España es exportadora de lujo. Realmente, los grandes consumidores del lujo español son los turistas", explicó en una entrevista la presidenta ejecutiva de la Asociación Española del Lujo "Luxury Spain", Cristina Martín, quien auguró que en 2012 el sector se mantendrá al alza a pesar de la crisis.
| Actualizado 16 Diciembre 2011 - 17:57 h.
El sector del lujo en España cerrará 2011 con unas ventas de 4.500 millones de euros, el 25 % más que en 2010, un fuerte repunte que contrasta con el descenso generalizado del consumo por la crisis y que se debe en gran parte al aumento del turismo, sobre todo en ciudades como Madrid, Barcelona y Marbella.
"Si nos damos a conocer fuera de España podremos crecer en ventas y en beneficios y eso nos permitirá generar empleo, consumo y PIB"
Para seguir creciendo, el sector reclama al nuevo Gobierno que apoye su promoción en el exterior, ya que si las empresas elevan sus ventas y generan más beneficios podrán crear más puestos de trabajo en el país y ayudar así a reactivar el consumo.
En su opinión, también ayuda el hecho de que, cada vez más, los usuarios ven el lujo como una "inversión", en el sentido de que prefieren comprar un único producto de calidad y duradero antes que tres que sólo duren una temporada.
Explicó que los productos españoles que más tiran del mercado están relacionados con la gastronomía, la belleza, la hostelería y, poco a poco, la moda y los complementos.
Para la campaña de Navidad, en la que el sector de la distribución se juega gran parte de su negocio, Martín dijo que será "muy positiva", dado que los turistas "están comprando muchísimo" y porque es una época en la que el "lujo vende".
Para dinamizar el sector, la presidenta de "Luxury Spain" aseguró que, dada la situación por la que atraviesa España, lo que más necesita es que el Gobierno ayude a las empresas españolas a dar a conocer en el exterior el "lujo made in Spain" .
"Si nos damos a conocer fuera de España podremos crecer en ventas y en beneficios y eso nos permitirá generar empleo, consumo y PIB", afirmó Martín, que subrayó que los productos nacionales tienen "mucho potencial".
En este sentido, señaló que en países como Francia e Italia, en los que gran parte de la economía se basa en el lujo, sus respectivos gobiernos han ayudado a las empresas a hacer "marca por el mundo".
"Por eso, la gente prefiere comprarse un bolso francés antes que uno fabricado en Mallorca o en Ubrique, donde la piel es muy buena"
"Por eso, la gente prefiere comprarse un bolso francés antes que uno fabricado en Mallorca o en Ubrique, donde la piel es muy buena", lamentó Martín, que insistió en que para crecer en España "primero habrá que salir fuera".
Recordó que la Asociación Española del Lujo nació en mayo para agrupar a firmas de todos los sectores con el fin de impulsar su promoción, tanto dentro como fuera de España, así como para proteger y defender la imagen de las marcas.
Según datos de la consultora especializada Bain & Company, el mercado del lujo moverá este año en el mundo la cifra récord de 191.000 millones de euros, con los chinos al frente del consumo, con el 20 % del total.
Por tipo de artículo, la comercialización de accesorios (que incluye zapatos y piel) crecerá este año un 13 %, debido a que éstos son los primeros que elige el consumidor cuando se inicia en el mundo del lujo, mientras que las joyas y relojes subirán un 18 %.
El consumo de prendas de vestir subirá un 8 % y el de perfumes y cosméticos de alta gama un 3 %.

Los recortes anunciados por Wert saturarán las aulas - Sociedad - Diario digital Nueva Tribuna

Los recortes anunciados por Wert saturarán las aulas - Sociedad - Diario digital Nueva Tribuna

Los 3.000 millones de Educación = IBI de la Iglesia

El dato es ya de por sí significativo. El recorte que pretende acometer el Gobierno en la educación pública supone la misma cantidad que el Estado recaudaría si la Iglesia pagara el IBI, nada menos que 3.000 millones de euros.
“Todos (empresas, familias, instituciones del Estado....) pagan el IBI, todos menos la Iglesia, que si pagara este impuesto, como el resto de los ciudadanos, se recaudarían 3.000 millones de euros, que es la cantidad que se quiere recortar en algo básico y fundamental como es la Educación pública”
A este respecto se ha pronunciado el secretario general del PSM. Tomás Gómez, que ha destacado que en España, “todos (empresas, familias, instituciones del Estado....) pagan el IBI, todos menos la Iglesia, que si pagara este impuesto, como el resto de los ciudadanos, se recaudarían 3.000 millones de euros, que es la cantidad que se quiere recortar en algo básico y fundamental como es la Educación pública”.
Gómez ha advertido que dicho recorte significa “lastrar el crecimiento del país a medio y largo plazo porque “sin un buen sistema educativo España no tiene futuro”.
En términos parecidos se ha manifestado IU de Rivas Vaciamadrid, cuyo portavoz en el ayuntamiento de esta localidad madrileña Pedro del Cura ha comparecido en rueda de prensa junto al presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, para anunciar una moción exigiendo al Gobierno central que la Iglesia pague el IBI por sus posesiones
Es injusto e injustificable que mientras que el Real Decreto que pretende corregir el déficit público insta a las Corporaciones Locales a una subida del IBI de entre el 4 y el 10%, la mayor poseedora de bienes inmuebles, la iglesia católica, disfrute de exenciones fiscales”, ha señalado Pedro del Cura.
"Son los fieles de cada religión quienes, en su caso, deben contribuir a la financiación de su culto, clero y actividades religiosas”
El Presidente de la Europa Laica ha explicado que desde su organización están desarrollando una campaña para que la iglesia pague el IBI. “Ya hemos conseguido más de 14.500 firmas con validez legal, que será presentadas a finales de mayo, coincidiendo en el pleno del debate de los presupuestos generales”, ha indicado Francisco Delgado.
Otro de los temas tratados ha sido la supresión del IRPF de la casilla de asignación a la entidad religiosa, enmarcado en el periodo de campaña para realizar la declaración de la renta que termina el 2 de julio. En un momento en el que los trabajadores y las trabajadoras perciben menos dinero salarial al aumentar la retención del impuesto de la renta, se prevé que esta institución perciba este año cerca de 250 millones de euros de la recaudación final de Hacienda, esto es 13 millones al mes.
“Son los fieles de cada religión quienes, en su caso, deben contribuir a la financiación de su culto, clero y actividades religiosas”, ha aseverado el Portavoz de IU-LV. En este sentido, Izquierda Unida propone que el patrimonio religioso de interés cultural o histórico artístico, que sea restaurado con fondos públicos, deberá ser afectado al uso público.

El Partido Popular: un problema de educación

Hace doscientos años, Fernando VII, uno de los reyes más ignorantes que ha tenido país alguno, y mira que es difícil eso, decidió cerrar las universidades y abrir en su lugar escuelas de tauromaquia. Estaba claro que las luces de la Ilustración hicieron en él la misma mella que en los toros de Guisando. “Dios nos libre de la funesta manía de pensar”, fue el lema de un monarca felón y malnacido por la gracia de Dios. Desde entonces -¿para qué retroceder más si hasta la revolución francesa todo fue caos? – la derecha española –da igual la etiología de su nacionalismo- ha tenido una obsesión perenne que ninguna medicina ha sido capaz de mitigar: Controlar la Educación para imponer sus convicciones morales personales y, sobre todo, para mantener un tipo de relaciones sociales arcaicas, caducas y herrumbrosas. Después de Orovio, que expulsó de las universidades a sus mejores hombres por poner en duda el dogma católico y negarse a impartir enseñanzas al dictado de la Gaceta, llegó Canalejas que quiso tocar mínimamente los privilegios que la Iglesia tenía sobre las conciencias. Sus intentos reformistas tuvieron una rápida respuesta: El 12 de noviembre de 1912 fue asesinado –todos imaginamos por quién– mientras veía el escaparate de la madrileña librería de San Martín en la Puerta del Sol.

Con el proyecto reformista y educador de la II República ya sabemos lo que ocurrió. Desde el mismo 14 de abril, espadones, oligargas y portadores de cirios comenzaron a conspirar para que la modernidad y la igualdad no fuesen posibles entre nosotros, para que las relaciones feudales continuasen siendo –con distintas vestiduras– las únicas posibles. La salvaje guerra auspiciada por lo más retrógrado de la sociedad española y la indescriptible represión que vino con la “paz” sumieron a España en un tiempo que no había terminado de irse y que de nuevo la abrazaba y atenaza como una boa constrictor sin dejar que nadie, absolutamente nadie fuese libre durante más de cuarenta años: Tengo 50 años, estudié en escuela pública, pabellón de machos, durante los años sesenta-setenta, he visto romper varas de olivo en las espaldas de mis compañeros por no saberse el “Señor mío Jesucristo”. Entonces daba igual, exactamente igual ir a una escuela pública que a un colegio religioso, en ambos lugares el poder de los falangistas y los curas era omnímodo y, pese a los elogios que Arturo Pérez Reverte echa a la enseñanza de entonces, yo puedo afirmar que allí lo único que se perseguía era perseguirnos, hacernos sumisos, matar cualquier espíritu crítico, controlar nuestro pensamiento y excluir a cualquier estudiante que por motivos personales, económicos, intelectuales, psicológicos o de simple y natural rebeldía no fuese capaz o no quisiese adaptarse a una reglas caducas y castrantes que tenían como única finalidad consolidar el tradicional arriba y abajo que siempre fue el baldón de nuestra vida, progreso e Historia.

La democracia borbónica se enfrentó a muchos problemas, no seré yo quien ahora niegue las dificultades de la herencia envenenada ni de la coyuntura de finales de los años setenta y principios de los ochenta. Hubo un ministro que le echó valor a la cosa, Narcis Serra, y a punto estuvo de hacer realidad las reformas militares planeadas por Azaña cincuenta años atrás. Sin embargo, en Educación nadie fue capaz de coger el toro por los cuernos, se decía que la iglesia había perdido poder, que ya no era lo mismo y otra serie de tonterías de niños que habían llegado a ministros socialistas después de estudiar en colegios de pago confesionales: La Iglesia había perdido poder porque la gente cada vez iba menos a misa, pero no lo había perdido porque todas las autonomías de España –mucho más las gobernadas por el PP o por los nacionalistas periféricos– le estaban dando miles de millones para que se hiciera con el inmenso poder que significa controlar las mentes, las conciencias y poner coto al pensamiento libre. Así hasta el día de hoy en que esa institución privada que mantenemos entre todos y que no se ve afectada por recorte de ningún tipo, controla más del 60% de la Educación primaria y a la que el Partido Popular quiere transferir a toda velocidad tanto la Enseñanza Secundaria, como el Bachillerato y la universitaria. A tal fin, en un gobierno ultra compuesto en su mayoría por miembros del Opus Dei, el Registrador de la Propiedad de Santa Pola que hoy ocupa La Moncloa, nombró como ministro de Instrucción No-Pública a un indocumentado llamado José Ignacio Wert, que sí, se lo juro, es un indocumentado pero que tiene las ideas muy claras, tan claras como indecentes y antidemocráticas. En unas pocas semanas, este señor salido de las cavernas más recónditas e inaccesibles –al igual que el resto de sus compinches destructores e incivilizados– ha anunciado que sobran un montón de universidades –plazas de toros y procesiones, ni una, cuantas más hayan, mejor para el alma–, que lo mejor era antes cuando para estudiar cualquier cosa tenías que empeñar la casa de tus padres y largarte quinientos kilómetros a pasar miserias y apañártelas como pudieras; que sobran miles de profesores que en un futuro muy próximo podrán reciclarse metiéndose de voluntarios en los ejércitos para “salvar” irquíes, afganos, libios y otro montón de desgraciados que esperan como agua de mayo que nos vayamos a la mismísima mierda y los dejemos vivir con lo que hay debajo de sus suelos; que las becas sólo sirven para que algunos pobres puedan estudiar y, al no tener enchufe, engrosen las filas del paro después de haber ayudado a aumentar el déficit público; que las universidades puedan subir la matrícula lo que apetezcan porque pagamos muy poco; que la ratio por aula se pueda subir un 20% el próximo curso cuando ya era de las más elevadas de Europa y que Educación para la ciudadanía era una asignatura innecesaria que sólo servía para adoctrinar en “marxismo”. ¡Por dios y la virgen santa!

Partiendo del modelo educativo brutal, castrante y humillante del franquismo, que es el que admiran y llevan en los entresijos del alma, los actuales gobernantes han decidido que al Estado no incumbe nada que tenga que ver con la enseñanza pública, con ese modelo trasnochado que intentó poner en pie la Institución Libre de Enseñanza –por cierto fuente del que rige actualmente en Finlandia valorado por todos como el mejor del mundo– y la II República española, que aquí la enseñanza es cosa del clero por dos razones: Una porque les perpetuará en el poder, otra, porque es una fuente de riqueza infinita y ya se sabe que para la los meapilas que nos gobiernan y para la curia hispano-romana los bienes terrenales son lo primero: Allá con la vida eterna –se dicen entre risotadas y vino caro del Duero– los que todavía no hayan caído de burro y sigan creyendo que lo bueno llega después de la muerte. Del modelo franquista, sin andar ni cien metros, han pasado al norteamericano, que al fin y al cabo fueron los sostenedores y mantenedores de esa dictadura de la que vienen, en cuyos “valores” se educaron y añoran.

Vale quien sirve como decía del lema de la OJE, el que puede costearse los estudios, el que destaca en el deporte o quien puede permitirse un padre con posibles y de aquilatada e inquebrantable adhesión al régimen. Los demás, qué importan los demás, a quién le importan los demás, ni siquiera a ellos mismos, son como hormigas, puntitos que se mueven sin sentir ni padecer. Entre tanto, cuando los Jinetes del Apocalipsis cabalgan en las palabras, los actos y los boletines oficiales de los descendientes de aquel régimen de oprobio que hoy nos vuelven a mandar; mientras asistimos absortos a los reales decretos de empobrecimiento general, de amnistías para defraudadores, especuladores, estafadores y ladrones de guante blancos, de todos aquellos que han hecho escarnio de lo público; mientras contemplamos desde el puente la voladura sistemática vía recortes de lo conseguido en más de doscientos años de interminable lucha contra la reacción, el Ayuntamiento de Alicante, con los parabienes de las autoridades educativas, regala un montón de metros cuadrados a la nueva universidad católica que para el año que viene abrirá sus puertas en San Juan con la presencia del Obispo de Orihuela, monseñor Camps Noculpable y un delegado de Obama.

Sí, queridos amigos, el Partido Popular tienen un problema de educación: Hacen lo que hacen porque lo mamaron y no han sabido emanciparse de la herencia recibida. Hablan de la Educación, de las Libertades, de la Democracia, de la Sanidad, de la Justicia, del Trabajador, de los Sindicatos como lo haría un franquista cualquiera. Buenos chicos fueron aplicados y aprendieron bien la lección: La Educación del Pueblo no entra dentro de sus prioridades, su deseducación sí, es absolutamente necesaria para la esclavitud.


Articulo extraido de Nueva Tribuna